Por Dennis y Rauni Higley
Joseph Fielding Smith (presidente de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días a principios de la década de los ’70s) declaró: “El mormonismo debe sostenerse o caer sobre la historia de José Smith. Él fue un profeta llamado, debidamente nombrado y asignado por Dios, o fue uno de los mayores fraudes que este mundo ha conocido. No hay término medio. Si José fue un embaucador que intencionadamente trató de confundir a la gente, debe ser desenmascarado, sus declaraciones deben ser refutadas, y debe mostrarse que sus doctrinas son falsas…” (Doctrinas de Salvación, vol. 1 p. 188-189).
Cuando uno lee la anterior declaración, se hace necesaria la investigación y estudio de la documentación pertinente. La historia mormona es joven, y por ello es fácil investigarla.
Así que empecemos en el año 1820.
José Smith declaró haber recibido en 1820 una visita de Dios Padre y su Hijo Jesucristo, quienes le dijeron que todas las iglesias estaban equivocadas, que eran una abominación a los ojos de Dios, y que no debía unirse a ninguna de ellas. Según Smith, cuando contó a su comunidad acerca de esta visita, se inició una fiera persecución contra él. Más tarde dijo haber recibido visitas del Ángel Moroni -un ser resucitado que había muerto cerca del área de Smith, en el estado de Nueva York, unos 1400 años antes. Según las declaraciones de Smith, Moroni había enterrado en Nueva York, en la colina Cumorah, un registro de su gente, quien había vivido en el continente americano desde el 600 a.C. hasta el 421 d.C., aproximadamente. Se dijo a Smith que recibiría dicho registro para que lo tradujera. Unos cuantos años después, José Smith declaró haber recibido el registro escrito en placas de oro, y en “egipcio reformado”, un idioma que sólo él podía entender. También se le dijo no mostrar las placas de oro a nadie, y que algún tiempo después unos cuantos elegidos tendrían el privilegio de verlas. Smith declaró que después de traducir las placas y publicar el material con el nombre de “Libro de Mormón”, regresó las placas al ángel Moroni.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días asegura que el nombre de la iglesia fue dado a José Smith por revelación. Sin embargo, cuando Smith organizó la iglesia en 1830, se llamaba “Iglesia de Cristo”. Cuatro años más tarde cambió el nombre por el de “Iglesia de los Santos de los Últimos Días”. En 1838, lo cambió nuevamente, esta vez por el de “Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, como se conoce actualmente.
José Smith aseguraba que recibía muchas revelaciones de Dios y empezó a introducir muchas doctrinas nuevas a su incipiente iglesia; una de ellas fue la poligamia, una práctica que Smith negó públicamente pero practicó en secreto. Esta práctica representó la caída de José Smith, asesinado en 1844 como resultado de la controversia sobre la poligamia.
Ahora regresemos y veamos con más detalle la información anterior.
José Smith aseguró que después de tener una visión de Dios Padre y Jesucristo, contó lo sucedido primeramente al predicador metodista, y esto hizo que toda la comunidad se sobresaltara, que “todos los hombres de prestigio” y “los principales de las sectas más populares”, empezaran a perseguirlo implacablemente, ¡siendo él apenas un muchacho de 14 años! Cualquiera pensaría que una conmoción de ese tipo tendría que haber inspirado a alguien a escribir sobre ella; por lo menos el diario Palmyra debería haber escrito algo, pues Joseph aseguraba que “todos los hombres” se unieron en una “implacable e injuriosa persecución” contra él. No sucedían muchas cosas importantes en ese pueblito: se imprimían incluso chismes sin importancia. Uno se cansa de buscar, desde 1820 en adelante, algún relato sobre la visión o persecución de un joven.
Resulta infructuosa la búsqueda de alguna noticia sobre la excitación que más tarde Smith señalaría como la razón de su visita a la arboleda para buscar a Dios en oración. José Smith aseguró que en esta visión se le pidió dos veces no unirse a ninguna de las religiones existentes (ver La Perla de Gran Precio 2:5-26), pero es interesante notar que en 1823 la mamá, la hermana y dos hermanos de José se unieron a la iglesia presbiteriana, y más tarde el mismo José buscó entrar a la iglesia metodista adonde asistía su esposa. Los registros muestran que José fue expulsado en 1828, debido a su creencia en la magia y a sus “actividades lucrativas”.
La iglesia recién organizada por José empezó a publicar su historia (de la iglesia) conforme sucedían los hechos. En la publicación llamada “Mensajero y Defensor”, Oliver Cowdery era el escritor principal, y su precisión era revisada por el mismo José Smith. En esta publicación, José cuenta como después de la muerte de su hermano Alvin, y de que su madre, su hermana y dos hermanos se unieran a la iglesia presbiteriana, empezó a buscar la religión y la oración “si algún Ser Supremo existía” (vol. 1 p. 79). SI HABÍA TENIDO UNA VISIÓN DE DIOS PADRE Y SU HIJO JESUCRISTO EN 1820, EN 1823 O 1824 DEBERÍA HABER SABIDO CON TODA SEGURIDAD QUE EXISTÍA UN SER SUPREMO. Al leer diarios, registros, periódicos, etc., uno busca en vano alguna mención de la así llamada “Primera Visión”, hasta su publicación en “Tiempos y Estaciones” en 1842, veintidós años después del supuesto suceso. Resulta muy obvio que este informe es una fabricación a posteriori, ya que en la narración de la visión se habla de dos dioses diferentes, mientras que el Libro de Mormón dice que sólo hay un Dios, y que Jesús, Dios Padre y el Espíritu Santo son este Dios único. (Ejemplos: Alma 11:26-33; 18:26-28; Mosías 15:1, 2, 5, etc.).
El Libro de los Mandamientos (ahora llamado Doctrina y Convenios) fue publicado en 1835, e incluía disertaciones dadas en la Escuela de los Profetas. La disertación 5 dice que Dios es un Espíritu y que el Hijo sólo tiene el cuerpo de carne y hueso. (Posteriormente estas disertaciones fueron eliminadas de Doctrina y Convenios pero están disponibles en un pequeño libro por separado). Una nota de pie agregada a la disertación 5 dice que José recibió más iluminación y conocimiento en 1843, y entonces supo que Dios Padre también tenía cuerpo de carne y hueso. Esa declaración por sí misma nos dice que no existió la visión del Padre y el Hijo en 1820; de lo contrario, José no habría necesitado esta “iluminación y conocimiento adicionales” para saber que el Padre tenía cuerpo de carne y hueso.
No fue sino hasta 1844 que José empezó a predicar que alguna vez Dios fue hombre y progresó hacia la divinidad, y qué los demás hombres también pueden convertirse en dioses. (Ver Enseñanzas del Profeta José Smith, p. 345-347). Entonces, no hay absolutamente ninguna prueba de la Primera Visión como aparece en la Perla de Gran Precio, o de que la visión fuera conocida por los mormones o no mormones antes de 1842, ó alguna fecha aproximada. No fue sino hasta la década de 1880 que esta historia fue aceptada por la iglesia. Antes de ese momento, sólo se leen negaciones de la misma. Por ejemplo, en un sermón predicado en 1855 y registrado en Diario de Discursos, 2: 171, Brigham Young dijo:
“EL SEÑOR NO VINO…A JOSÉ SMITH, SINO QUE ENVIÓ A SU ÁNGEL…A INFORMARLE QUE NO DEBÍA UNIRSE A NINGUNA SECTA RELIGIOSA DE ESE TIEMPO, PORQUE TODAS ESTABAN EQUIVOCADAS…”
Más tarde John Taylor diría lo mismo (ver Diario de Discursos 20:167) el 2 de marzo de 1879. En Diario de Discursos 6:29, Heber C. Kimball dijo:
“¿SUPONES QUE DIOS EN PERSONA LLAMÓ A NUESTRO PROFETA JOSÉ SMITH? DIOS LO LLAMÓ, PERO NO VINO ÉL MISMO….”
George A. Smith contó la misma historia en Diario de Discursos 12:333-334.
No sería necesario escarbar mucho más profundo para darse cuenta de que las actuales aseveraciones de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días con respecto a la así llamada Primera Visión son mentiras, según las pruebas documentales de esa época. José Smith y estos hechos deben ser expuestos, justo como Joseph Feilding Smith dijo que serían.
Orson Pratt, uno de los primeros mormones, hizo una declaración con respecto al Libro de Mormón:
“Este libro (el Libro de Mormón) debe ser verdadero o falso. Si es verdadero, es uno de los mensajes más importantes enviados por Dios… Si es falso, es una de las imposiciones más astutas, perversas, atrevidas y profundamente implantadas en el mundo, calculada para engañar y ser la ruina de millones… La naturaleza del mensaje del Libro de Mormón es tal que, si es verdad, nadie puede estar salvo y rechazarlo; si es falso, nadie puede ser salvado y recibirlo… si, después de un rígido examen, se descubre que es una imposición, debe ser publicado al mundo como tal; las pruebas y argumentos que hayan ayudado a detectar su falsedad deberán declararse en forma clara y lógica, para que aquellas personas sinceras que desafortunadamente hayan sido engañadas, puedan percibir la naturaleza del engaño, y sean reclamadas, y que quienes continúen publicando el engaño puedan ser expuestos y silenciados… con argumentos fuertes y poderosos -con pruebas extraídas de la Escritura y la razón…” (Obras de Orson Pratt, “Autenticidad Divina del Libro de Mormón”: Liverpool, 1851, p. 1, 2).
Esperamos mostrar de manera clara y lógica, aunque muy breve, que el Libro de Mormón no es un registro divinamente inspirado, sino un producto del siglo XIX. José Smith aseguró que después de traducir las placas de oro, las regresó a un ángel, así que no hay forma de inspeccionarlas o revisar la precisión de la traducción.
Los mormones mencionan con frecuencia a los testigos del Libro de Mormón. La mayoría de estos hombres abandonaron la iglesia, pero se dice que aunque se fueron, nunca negaron haber visto un ángel que les enseñó “las placas del Libro de Mormón”. Sin embargo, en Diario de los Discursos (7:164), Brigham Young dijo:
“…los testigos del Libro de Mormón que tuvieron las placas en sus manos y conversaron con los ángeles de Dios, más tarde fueron abandonados a la duda, incluso a negarse a sí mismos que habían visto un ángel.”
El mismo José Smith calificó de malvados y mentirosos a estos hombres, entre otras cosas humillantes. En Diario de Discursos 7: 114-115, George A. Smith enumera a quienes han dejado la iglesia y menciona específicamente, entre otros, a “los testigos del Libro de Mormón”. Más tarde Martin Harris aseveró haber tenido un mejor testimonio del “Libro de Shakers” que el que jamás tuvo del libro de Mormón. Al leer sobre estos testigos, uno saca la conclusión de que eran hombres inestables a quienes se convencía fácilmente; por ejemplo, Martin Harris cambió de religión por lo menos ocho veces. Algunos del resto fundaron su propia religión más tarde.
Ahora consideremos el Libro de Mormón mismo.
El Libro de Mormón presenta problemas imposibles de resolver con respecto a los siguientes temas:
Lenguaje: 1 Ne. 1:2, etc., dice que los hebreos que salieron de Jerusalén y llegaron a América hablaban egipcio. Es un hecho bien conocido que los hebreos hablaban hebreo, y conservaban sus registros en hebreo. Los egipcios eran sus enemigos. Es tan absurdo pensar que los hebreos hayan escrito su historia sagrada en egipcio, como pensar que la historia de los Estados Unidos se hubiera escrito en ruso. En Mormón 9:32, 34, se dice que el idioma era “egipcio reformado” y que ningún otro pueblo conocía este lenguaje. No existe ningún idioma llamado “egipcio reformado”.
Fruta del Desierto: 1 Ne. 17:5 habla de fruta abundante y miel silvestre como productos del desierto del Sinaí (llamado Bountiful -Bondadoso-). ¡Imposible!
Madera del Desierto: Ne. 18:1 habla de madera abundante que estos judíos utilizaron para construir un barco. No había abundancia de madera en esa área. Era un desierto. Aún es un desierto.
Río Lamán: Ne. 2:6-9 menciona un río llamado Lamán que fluye hacia el Mar Rojo. No hay ningún río ahí, y no lo ha habido desde el Pleistoceno.
Problemas Botánicos hay muchos en el Libro de Mormón. Se menciona trigo, cebada, olivos, etc., pero ninguno de estos productos existía en América en esa época.
Animales: Norteamérica no tenía vacas, burros, caballos, ni bueyes, etc. Los europeos los trajeron muchos cientos de años después. En el norte de América no había leones, leopardos, ni ovejas en ese tiempo. Las abejas meliferas también fueron traídas por los europeos mucho después. ¡Éter 9:18,19 menciona ganado doméstico, vacas y bueyes como especies diferentes! Ni siquiera existían en América en ese tiempo.
El Libro de Mormón también menciona a los cerdos como útiles al hombre. Tal vez, pero a los judíos no se les ocurriría pensar en cerdos como útiles o buenos; para ellos eran animales prohibidos e inmundos.
Los caballos, burros y elefantes tampoco existían en América.
Y ¿qué rayos son “cureloms” y “cumoms”? No se han identificado animales con ese nombre en ninguna parte. Los animales domésticos considerados “útiles” difícilmente se extinguirían.
Éter 9:30-34 habla de serpientes venenosas guiando ovejas hacia el sur. El Libro de Mormón dice que la gente comió los animales muertos por las serpientes: ¡todos ellos! (v. 34). Los hebreos no comerían animales muertos de esa manera.
Las gallinas y los perros no existían aquí en ese tiempo tampoco.
También se menciona la mantequilla, pero no podría haber existido, ya que no había animales productores de leche en América en ese tiempo.
Material para Vestir: No existía la ropa de seda ni de lana (ni los gusanos de seda) en ese tiempo tampoco; contrariamente a lo que dice en 1 Ne. 13:7, Alma 4:6, Éter 9:17 y 10:24.
Decapitación de Shiz: Éter 15:30-31 dice que después de ser decapitado, ¡Shiz se levantó y trató de respirar desesperadamente!
Malos Cálculos: En Éter, capítulo 6, descubrimos que ¡vientos furiosos impulsan las barcazas hacia la tierra prometida durante 344 días! Con vientos de sólo 10 millas por hora, la distancia viajada en 344 días habría sido de 82,560 millas, más de tres veces la distancia alrededor del mundo. ¡Es absurdo, por lo menos!
Y ¿por qué el Señor habría de instruir a Jared para que hiciera un hoyo en la parte superior y otro en la parte inferior de cada barcaza? (Éter 2:20).
Población: Según el Libro de Mormón, cuando Lehi salió de Jerusalén su grupo consistía de menos de 20 personas. Sin embargo, 19 años después, la gente había prosperado y se había multiplicado tanto en la Tierra Prometida que construyó un templo cuya “forma de construcción fue como la del templo de Salomón: de ahí que el acabado fuera muy fino” (2 Ne. 5:16).
Leyendo lo que la Biblia dice acerca de la construcción del templo de Salomón, encontramos que hicieron falta 30,000 israelitas, 150,000 canteros y cargadores, 3,300 supervisores (I Reyes 5:13-16) y cerca de siete años para construirlo (ver también I Reyes 6).
Y ¿cuánta gente podría haber tenido Lehi en su grupo después de 19 años?
Más adelante el libro dice que en menos de 30 años posteriores a su llegada a este continente, se habían multiplicado con tanta rapidez que incluso se dividieron en dos naciones. Aún la más rápida reproducción humana sólo podría haber sumado unas cuantas docenas de personas en tan breve tiempo, la mayoría de ellas niños, a aproximadamente un tercio de gente mayor.
No sólo se dividieron en dos naciones, sino que a lo largo del libro cada unos cuantos años tuvieron guerras devastadoras donde murieron miles de personas (p. ej. Alma 28:2).
Color de la Piel: Después de los primeros 19 años, o algo así, a Lamán y Lemuel y sus descendientes y seguidores (!) se les oscureció la piel debido a su desobediencia (2 Ne. 5:21). Según el Libro de Mormón, ¡el color oscuro de la piel fue una maldición de Dios! Este cambio del color de la piel tiene lugar a todo lo largo del libro. En 2 Ne. 30:6 leemos que si los lamanitas aceptaran el verdadero evangelio, se volverían “blancos y encantadores” (y desde la impresión de 1981 del Libro de Mormón, la frase es “puros y encantadores”).
Pero si ellos abandonan este verdadero evangelio, se vuelven “oscuros y repugnantes”. ¡El color de la piel no cambia por creer o no creer! ¡El color de la piel no es una maldición!
El Libro de Mormón enseña que los indígenas se originaron a partir de estos colonizadores judíos. Los indígenas son claramente mongoloides. Tienen el punto azul “mongoloide”, características sanguíneas específicas, y sus facciones son típicas de los asiáticos, no de los semíticos. Además, las actuales pruebas de ADN confirman todo esto.
Materiales cuya Existencia en este Período es Cuestionable
En Éter 7:8-9 leemos sobre ventanas de acero que pueden quebrarse (2:23) ¡en tiempos de Abraham! Trate de explicar eso a un arqueólogo. El acero ni siquiera se había desarrollado sino hasta unos 1400 años después.
Al final del Libro de Mormón, Moroni cuenta sobre una gran batalla que tuvo lugar en la colina de Cumorah. Más de 200,000 personas, armadas hasta los dientes, murieron en esa colina. La historia menciona armas, petos, cascos, espadas, etc. Nunca se ha encontrado nada de eso en esa colina ni en ninguna otra parte de este continente. De hecho, el metal, cascos, espadas, etc., no desaparecen en sólo 1400 años.
Antes de que la Iglesia de los Santos de los Últimos Días comprara la colina de Cumorah, se lleno de hoyos e incluso cuevas, pero no se encontró nada. (José Smith mencionó una cueva dentro de la colina Cumorah, y como ellos -él y Oliver– habían entrado y salido de ella. Supuestamente esta cueva estaba llena de placas de oro, la espada de Labán, etc.).
Cuando la gente excava en Tierra Santa, aunque sea para buscar gusanos, se hacen descubrimientos. En contraste con el Libro de Mormón, los arqueólogos han encontrado ciudades, lugares, monedas, ropa, espadas, etc., mencionados en la Biblia, pero ni un sólo lugar mencionado en el Libro de Mormón se ha encontrado jamás.
En la Iglesia de los Santos de los Últimos Días todavía hay gente que cree que la arqueología ha probado, por lo menos hasta cierto punto, la autenticidad del Libro de Mormón. Algunos misioneros todavía usan presentaciones con diapositivas que muestran ruinas de México y Sudamérica con las que pretenden apoyar el Libro de Mormón, pero éstas son de un período totalmente diferente y pertenecieron a adoradores de ídolos que ofrecían sacrificios humanos.
A mitad de la década de los ’70s, el presidente Spencer W. Kimball hizo una declaración que debería haber detenido estos “rumores promotores de la fe”. El periódico Church News publicó una declaración donde decía que la gente debía dejar de buscar pruebas arqueológicas del Libro de Mormón, porque existía ninguna. Quizá finalmente se había dado cuenta de que era demasiado embarazoso insistir en la arqueología del Libro de Mormón, porque los profesores de la universidad de la propia iglesia habían empezado a negar públicamente que tuviera algo de verdad.
En el verano de 1969, el profesor Dee Green, miembro de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, escribió en Diálogo (p. 74-78):
“El primer mito que debemos eliminar es que exista la arqueología del Libro de Mormón. Todos los libros llenos de medias verdades arqueológicas, todos los pseudo-expertos en la periferia de la arqueología americana que se hacen llamar arqueólogos del Libro de Mormón, sin importar su escasa preparación académica, y el Departamento de Arqueología de la Universidad BYU, dedicado a la producción de arqueólogos del Libro de Mormón, no aseguran la verdadera existencia de la arqueología del Libro de Mormón … ningún lugar del Libro de Mormón es conocido…. La arqueología Bíblica puede estudiarse porque sabemos donde estaban y están Jerusalén y Jericó, pero no sabemos dónde están o estaban Zarahemla y Bountiful (ni ningún otro lugar para el caso)…”
Muchos estudiosos mormones han enfrentado la verdad y están totalmente de acuerdo con el profesor Green, pero tristemente, este “mito de la arqueología del Libro de Mormón” aún aflora en la generalidad de los feligreses, quienes no han sido actualizados en estos temas. Thomas S. Ferguson fue un firme creyente y estaba seguro de que la arqueología probaría la autenticidad del Libro de Mormón. Era abogado y creía saber cómo pesar las pruebas, una vez encontradas. Se encontraron muchas “pruebas”; pero, desafortunadamente para la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, éstas no tenían ninguna conexión con el Libro de Mormón. Ferguson gastó cientos de miles de dólares y 25 años de su vida como líder de la “Fundación Arqueológica del Nuevo Mundo”, sostenida económicamente por la iglesia. Pero a pesar de todos los esfuerzos, en 1970 había llegado a la conclusión de que todo había sido en vano, que José Smith no fue un profeta y que el mormonismo era falso.
Este hombre había dedicado su vida entera al mormonismo, incluso antes de iniciar esta fundación. Había escrito un libro llamado Un Rebaño y Un Pastor en defensa del mormonismo, pero más tarde tuvo que admitir que el caso contra José Smith era absolutamente devastador y no podía explicarse de ninguna manera. Tal vez el Libro de Abraham fue la gota que derramó el vaso, tanto para él como para muchos otros que estaban más conscientes de los problemas del mormonismo.
Otro ejemplo es B. H. Roberts, notable erudito y autoridad general de la iglesia mormona, cuyo manuscrito secreto se publicó hasta apenas recientemente, y quien había cuestionado el Libro de Mormón algún tiempo antes que Ferguson. El manuscrito de Roberts, escrito a máquina en más de 400 páginas y titulado Dificultades del Libro de Mormón, fue escrito entre 1922 y 1933. En dicho manuscrito admitía que el Libro de Mormón está en conflicto con lo que hoy se sabe por las investigaciones arqueológicas acerca de los primeros pobladores de América. Después de dar una amplia explicación de las imposibilidades presentes en el Libro de Mormón, también dice que ha descubierto cosas que no sabía antes; por ejemplo, que José Smith sí tenía acceso a muchos libros que pudieron haberle sido de ayuda, y darle ideas para crear el Libro de Mormón.
Roberts cuenta cómo la madre de José escribió en su libro Historia de José Smith que nucho antes de que José recibiera las placas de oro, daba…
…. recitales muy entretenidos… Describía a los antiguos habitantes de este continente, su forma de vestir, su modo de viajar y los animales que montaban; sus ciudades, sus edificios, con todos los detalles; su modo de pelear, y también su forma de adoración religiosa. Esto lo hacía con la mayor facilidad, o así parecía, como si hubiera pasado toda su vida entre ellos”. (B. H. Roberts, Estudios sobre el Libro de Mormón, p. 243).
Roberts continúa diciendo que José podría haber obtenido esta información a través de “conocimientos” existentes en la comunidad y provenientes de libros como Perspectiva de los Hebreos de Ethan Smith, publicado por ahí de 1823, y Las Maravillas de la Naturaleza y la Providencia, de Josiás Priest, publicado a sólo 32 kilómetros un año después. El segundo de ellos tenía mucho que decir acerca del origen hebreo de los indios americanos y de su avanzada cultura y civilización. Roberts pregunta:
… ¿De dónde viene la habilidad del joven profeta para dar estas descripciones “con la mayor facilidad, como si hubiera pasado toda su vida” con estos antiguos pobladores de América? No del Libro de Mormón, que es todavía un libro sellado a él…. Estos recitales nocturnos no pudieron provenir de ninguna otra fuente sino de la vívida imaginación de José Smith, un notable poder que lo acompañó toda su vida. Era tan intensa y variada como la de Shakespeare, y tan inexplicable como la de los bardos ingleses”. (B. H. Roberts, Estudios sobre el Libro de Mormón, p. 244).
Antes de esto, B. H. Roberts fue conocido como un gran defensor del mormonismo, y aún es considerado uno de los mayores eruditos que ha tenido la Iglesia de los Santos de los Últimos Días. Escribió los seis volúmenes de la Historia Extensa de la Iglesia, entre muchas otras obras. El manuscrito mencionado anteriormente, Dificultades del Libro de Mormón, un Estudio está disponible en librerías con el título Estudios sobre el Libro de Mormón.
Hay muchísimo más qué decir acerca de por qué el Libro de Mormón no es un registro antiguo sino el producto obvio de una persona muy inteligente y creativa, José Smith, quien se valió de muchos libros, incluyendo la Biblia, para crearlo. Ninguna de las doctrinas importantes del mormonismo de hoy están en el Libro de Mormón. Sin embargo, la iglesia asegura que este libro “contiene la plenitud del Evangelio eterno”. (Según las Autoridades Generales de la Iglesia, “plenitud del Evangelio” significa que todas las doctrinas que conducen a la salvación en el reino celestial, están en este libro, y que no se necesita ningún otro libro para encontrar información sobre la salvación).
El Libro de Mormón enseña cosas contra la doctrina mormona de hoy; por ejemplo:
Poligamia: Jacob 1:15, 2:22-27; 3:5; Mosiás 11:2; Éter 10:5. Actualmente, la poligamia no es practicada por la corriente principal de la iglesia, pero sigue siendo una de sus doctrinas (ver Doctrina y Convenios 132).
Progresión Eterna: Dios no podría haber progresado de hombre a Dios: Alma 41:8, 3 Ne. 24:6; Mormón 9:9,10,19; Moroni 8:18,23.
Combinaciones o juramentos secretos (en los templos): Mormón 8:27; 2 Ne. 9:9; 2 Ne. 26:22; Alma 34:36; 37:23,31.
Dios creó el cielo y la tierra por su palabra: Mormón 9:17; Jacob 4:9.
Sólo hay un Dios: Mosiás 7:27; 13:34; 15:1-5; 16:15; Alma 11:26-33,38,39,44.
No hay obras por los muertos: Alma 37:32-33.
Doctrinas como el templo o el matrimonio, sacerdocio, etc., eternos, no están en el Libro de Mormón, y como ya mencionamos, uno puede ver que este libro habla contra la poligamia, obras por los muertos, juramentos (templo), hombres que se convierten en dioses, o que haya más que un Dios, etc.
Resulta obvio para cualquier investigador del mormonismo que después de 1842, o algo así, José Smith cambió de opinión acerca de quién es Dios. Contradijo el Libro de Mormón con Doctrina y Convenios; por ejemplo, Alma 34:36: “Y esto lo sé porque el Señor ha dicho que no habita en templos impíos, sino en los corazones de los justos vive…” y Doctrina y Convenios 130:3: “… la idea de que el Padre y el Hijo habitan en el corazón de un hombre es una antigua noción sectaria, y es falsa…” El Libro de Mormón dice en Jacob 4:9: “Pues mirad, por el poder de su palabra el hombre llegó a existir sobre la faz de la tierra, creada por el poder de su palabra. Por lo cual, si Dios, siendo capaz de hablar y el mundo fue, y de hablar y el hombre fue creado…” Y leemos en las Enseñanzas del Profeta José Smith, p. 350: “… ¿los hombres que están predicando la salvación dicen que Dios creó el cielo y la tierra de la nada? La razón es que no conocen las cosas de Dios… Dios nunca tuvo el poder de crear el espíritu del hombre”. Había empezado a enseñar que su dios fue alguna vez un simple mortal.
El Libro de Abraham
En noviembre de 1967, cuando el Museo Metropolitano regresó unos papiros egipcios a la Iglesia de Mormón, se generó una gran excitación en los corazones de los mormones. Finalmente había algo concreto que un “ángel no se había llevado”, y que podía probar de una vez por todas al mundo incrédulo que José Smith fue realmente un profeta de Dios que tenía el don o habilidad de traducir. Leemos en la Perla de Gran Precio la siguiente introducción al Libro de Abraham.
“TRADUCIDO DEL PAPIRO POR JOSÉ SMITH. UNA TRADUCCIÓN DE ANTIGUOS REGISTROS QUE HAN CAIDO EN NUESTRAS MANOS DESDE LAS CATACUMBAS DE EGIPTO: LOS ESCRITOS DE ABRAHAM MIENTRAS SE ENCONTRABA EN EGIPTO, LLAMADOS EL LIBRO DE ABRAHAM, ESCRITO POR SU PROPIA MANO SOBRE EL PAPIRO”.
Este papiro fue escrito en idioma egipcio. Esto probaría que si la traducción del papiro hecha por José Smith fuera correcta, sería posible que hubiera traducido el Libro de Mormón del “egipcio reformado”. Pero los problemas aparecieron muy poco después de que la Primera Presidencia había dado el papiro al profesor mormón Hugh Nibley de la Universidad BYU para traducirlo o para encontrar un traductor capaz de hacerlo. (Por cierto, ¿por qué no el profeta en turno? ¿No podría haberlo hecho?)
Ahora bien, si este papiro fue escrito por Abraham “por su propia mano”, como José Smith había dicho, tendría por lo menos 4000 años de antigüedad. Después de que este papiro fuera evaluado, incluso el profesor Nibley tuvo que aceptar que se trataba de un artículo cuya antigüedad no pasaba del primer siglo de nuestra era. Por lo tanto, Abraham no pudo haberlo escrito. Ese fue el primer golpe. El segundo vino después de entregar el papiro a varios egiptólogos calificados; claramente resultaron no ser lo que José Smith había dicho. Las expectativas de los miembros de la iglesia eran muy altas. El Dr. Sidney B. Sperry, uno de los eruditos más notables, había dicho:
“El pequeño volumen de Escrituras conocido como el Libro de Abraham será conocido algún día como uno de los documentos existentes más notables. Es evidente que los escritos de Abraham en Egipto, de los cuales nuestro Libro de Abraham es una copia, deben ser necesariamente más antiguos que los textos originales del Génesis…” (Dr. Sidney B. Sperry, “Registros Antiguos Testifican en Papiro y Piedra“, 1938, p. 83, citado de Mormonismo: Sombra o Realidad, p. 294).
Ahora que el papiro había sido localizado y que los líderes de la iglesia y sus eruditos habían probado que era el que José Smith había traducido, la pregunta era: ¿Dicen lo mismo que la traducción de José Smith? Muy pronto se supo que no eran más que unos registros paganos llamados “El Libro de Respiros”, una pequeña porción del Libro de los Muertos. El egiptólogo James Henry Breasted, explica que “… el Libro de los Muertos es principalmente un libro de encantos mágicos… fue escrito por un pueblo muy supersticioso y es muy diferente de la religión enseñada por la Biblia”. (De su libro, Desarrollo de la Religión y el Pensamiento en el Antiguo Egipto, Nueva York, 1969, p. 308, citado en El Cambiante Mundo del Mormonismo, Jerald y Sandra Tanner, p. 345). Muchos escritores mormones han admitido esto.
Ha habido muchos escritos y sugerencias que tratan de justificar el hecho de que el documento no haga mención a Abraham, ni a su nombre, ni a su fe, ni a nada absolutamente, siendo que supuestamente fue escrito por su propia mano [de Abraham] sobre el papiro (La Perla de Gran Precio, El Libro de Abraham).
La doctrina de los Santos de los Últimos Días acerca de los negros y el sacerdocio está (estaba) basada en este Libro de Abraham. La Iglesia Mormona de Utah no ha sacado este libro de sus escrituras; sin embargo, es interesante notar que la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, dirigida por los descendientes directos de José Smith hizo la siguiente declaración en el “New York Times” del 3 de mayo de 1970: “… puede ser útil sugerir que el Libro de Abraham representa simplemente el producto de la imaginación de José Smith…” La Iglesia de los Santos de los Últimos Días eliminó el libro de sus escrituras. Lo único que la Iglesia Mormona de Utah hizo fue permitir que los negros (1978) tuvieran acceso al sacerdocio. Pero sólo con eso, la gente pensante empezó a ver que ahora una gran sombra cubría también el Libro de Mormón. El escritor mormón Klaus Hansen hizo algunos comentarios en el verano de 1970 en la página 110 de “Diálogo: Un Diario del Pensamiento Mormón”:
“… Para un historiador profesional, por ejemplo, la reciente traducción del papiro de José Smith puede ser el caso potencialmente más dañino contra el mormonismo desde su fundación. Sin embargo, los ‘Poderes Que Son’ en la Oficina del Historiador de la Iglesia deben sentirse a gusto con el hecho de que la casi total falta de respuesta a esta traducción es una extraña prueba de la observación de Frank Kermode en el sentido de que incluso los actos más devastadores contra la confirmación de un hecho no tienen efecto sobre los verdaderos creyentes. Tal vez una respuesta más reveladora es la de los ‘liberales’, o mormones culturales. Después del asunto del papiro de José Smith, uno bien podría haber esperado un éxodo masivo de esa iglesia. Sin embargo, no ha ocurrido ninguno. ¿Por qué? Porque los mormones culturales, por supuesto, no creen en la autenticidad histórica de las escrituras de Mormón, para empezar. Así que no hay nada que refutar”. (Énfasis agregado).
Poligamia
La poligamia, como hemos mencionado al principio, fue el tema que condujo al asesinato de José Smith. Una investigación de los registros muestra que José Smith practicó la poligamia desde el principio de la década de 1930 en adelante. William Clayton fue secretario personal de José Smith, y escriba hasta su muerte. El diario de William Clayton ha sido la fuente de muchas revelaciones publicadas en Doctrina y Convenios. Este diario también dice cómo se originó la “revelación” sobre la poligamia. En pocas palabras, surgió como resultado de una discusión entre José, su hermano Hyrum, y William Clayton, quien la escribió. Ema, la esposa de José, había estado sospechando que José tenía aventuras con otras mujeres; por ejemplo, con Fanny Alger desde 1831 en adelante. La vida familiar no era muy feliz y apacible. José estaba contando esto a su hermano Hyrum y a William Clayton. Hyrum sugirió que José debía escribir una “revelación” en la que Dios le diera instrucciones de tener otras esposas. José dudó que Ema creyera eso. Sin embargo, William Clayton la escribió y Hyrum se la llevó a Ema, quien por supuesto no la creyó. Más tarde, José la convenció de alguna manera, y ella lo aceptó durante un corto tiempo, pero después de la muerte de José, Ema negó totalmente la poligamia de su esposo, como si nunca hubiera ocurrido. Muchos pensaron que la razón fue proteger a sus hijos y el recuerdo de su padre.
En 1887, Andrew Jensen, historiador de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días de Utah, haciendo uso de los enormes archivos de manuscritos, entonces secretos, existentes en la biblioteca de la iglesia de Salt Lake City, compiló la primera lista de 27 esposas de José Smith. Se usaron archivos genealógicos para agregar otras 21. Los registros del Templo de Nauvoo fueron la fuente principal.
Fanny Alger se convirtió en la primera esposa polígama de José en 1834. Si uno lee Doctrina y Convenios a partir de 1890, se dice que la revelación fue dada el 12 de julio de 1843. Historia de la Iglesia, 5: 500-501 también establece el mismo día, pero la sección 132 de Doctrina y Convenios dice que fue registrada el 12 de julio de 1843 -lo que implica que pudo haber sido dada en una fecha previa.
Este tipo de alteración de los registros de la iglesia se notan con mucha frecuencia al comparar las primeras impresiones con las más modernas. Se hicieron obvios intentos por conservar algo de integridad, ya que José Smith había sido polígamo desde años anteriores a 1843. Por lo tanto, esta alteración de los registros no reforzó su imagen, ya que él y los líderes de la iglesia habían negado públicamente la poligamia, pero la practicaba en secreto. En la primera edición de Doctrina y Convenios impresa en 1835, en la sección 101:4 hay una negación de la poligamia, donde se le llama “crimen de fornicación….” Esto permaneció en Doctrina y Convenios hasta 1876, cuando fue eliminado, y se agregó la sección 132 donde Dios manda la práctica de la poligamia.
José Smith (más tarde Brigham Young, también) se casó con mujeres que, al momento del matrimonio, eran todavía esposas de otros hombres. Hay registros históricos de estos extraños matrimonios. Según dichos registros, 9 de las primeras 12 esposas polígamas de José Smith estuvieron casadas al mismo tiempo con otros hombres. Los siguientes son unos cuantos ejemplos:
Prescinda Huntington Buell, esposa de Norman Buell, más tarde también esposa de Herber C. Kimball. Se casó con Norman Buell en 1827 y tuvieron dos hijos. José se casó con ella en el otoño de 1838 y tuvieron un hijo. Continúo casada con Buell también.
Nancy Marinda Johnson Hyde, esposa de Orson Hyde, también fue esposa de José. Esto ocasionó que Orson Hyde dejara la iglesia por un tiempo, pero regresó más tarde. Los archivos genealógicos de Salt Lake City muestran que Nancy Hyde fue sellada a José Smith el 30 de julio de 1857, años después de la muerte de éste.
Zina Diantha Huntington Jacobs, más tarde esposa de Brigham Young, se casó con Henry Jacobs el 7 de marzo de 1841, y siete meses y medio después se casó con José Smith, el 27 de octubre de 1841. Zina nunca se divorció de su esposo Henry Jacobs, pero después de la muerte de José, Brigham dijo públicamente a Jacobs: “La mujer que reclamas como esposa no te pertenece. Ella es esposa espiritual del hermano José, está sellada a él. Yo soy su representante, y ella, en nombre de él, con sus hijos, son de mi propiedad. Tú puedes ir a donde quieras y conseguir otra…” (Santos de la Montaña Rocosa, T.B.H. Stenhouse, p. 185-186). Jacobs obviamente aceptó la decisión de Brigham, porque fue testigo cuando en el Tempo de Nauvoo, en enero de 1846, Zina fue sellada a Brigham Young por un tiempo, y a José Smith por toda la eternidad.
Mary Elizabeth Rollins Lightner, esposa de Adam Lightner, declaró más tarde que José le había dicho que se le había aparecido un ángel empuñando su espada y ordenándole en 1834 que la tomara por esposa. Entonces ella tenía sólo 17 años. En su diario escribió que Heber C. Kimball la selló a José en el templo de Nauvoo. Más tarde fue a Salt Lake City y permaneció en la iglesia aunque su esposo nunca se unió a la organización.
Andrew Jensen hizo su investigación sobre poligamia en 1887 para probar que José Smith sí la practicó, ya que la iglesia de los Santos de los Últimos Días estaba negando que lo hubiera hecho. En 1838, cuando Oliver Cowdery había acusado a José de estas aventuras adúlteras, José excomulgó a Oliver.
La controversia sobre la poligamia fue la razón subyacente de la muerte de José Smith y su hermano Hyrum. La esposa de William Law había confesado que tenía un romance con José. William Law dejó la iglesia y empezó una publicación llamada Nauvoo Expositor. Publicó un número y el segundo iba a la imprenta cuando José supo que Law publicaría la confesión de su esposa en ese número. José destruyó la prensa y quemó el edificio. Esto ocasiono su arresto y consecuentemente su muerte, pero no murió “mártir”, como su iglesia asegura. John Taylor, tercer presidente de la iglesia, quien estaba en prisión con José e Hyrum en ese tiempo, cuenta lo siguiente en Reino del Evangelio, p. 360:
“José abrió la puerta ligeramente, y accionó la pistola seis veces seguidas… después (I) supe que dos o tres resultaron heridos por estas descargas, dos de los cuales, según me informan, murieron”.
El mismo relato aparece en la Historia de la Iglesia, 6:41 y en las páginas 617-618. Fue lamentable que José Smith pereciera de esa manera, pero no murió como mártir que iba “como cordero al matadero” como declara la Iglesia de los Santos de los Últimos Días. Murió en un tiroteo y mató a dos personas antes de recibir un impacto. José respondió como masón a la hora de su muerte. John Taylor dice que José fue a la ventana e hizo el signo masónico de la angustia cuando su arma quedó vacía, esperando que los masones, si hubiera alguno entre la multitud, lo rescataran siguiendo el juramento masónico de “defenderse unos a otros, tengan la razón o estén equivocados”.
La Ceremonia del Templo
La Ceremonia del Templo Mormón se parece mucho a la ceremonia masónica, incluyendo signos, señales y castigos. José, Hyrum, Brigham y otros, fueron masones. (Los expertos en cultos consideran la religión masónica como un culto satánico). Seis semanas después de que José Smith y otros mormones fueran expulsados de la orden masónica, José introdujo la ceremonia masónica con el nombre de ceremonia del templo, “recibida como revelación de Dios”. El Dr. Reed Durham, director del Instituto de Religión de los Santos de los Últimos Días hizo público su descubrimiento el 20 de abril de 1974, cuando habló sobre la conexión mormona-masónica ante la Asociación de historia de Utah. Más tarde recibiría fuertes críticas por hacer público el asunto.
También mostró el talismán Júpiter y explicó que José lo había llevado consigo desde 1826 (el mismo año en que se le declaró culpable de actividades lucrativas y de creer en la magia) y que fue encontrado en cadáver. También se expusieron otros artículos mágicos pertenecientes a Hyrum Smith. Supuestamente Eldridge G. Smith, el patriarca de la iglesia, los tiene en su poder.
Por cierto, ¿qué ha pasado con el patriarca Eldridge G. Smith y con la Oficina del Patriarca de la Iglesia? “De los patriarcas el Señor dice ‘Tendrán las llaves de las bendiciones patriarcales sobre las cabezas de toda mi gente'”. Como miembro de las Autoridades Generales, el patriarca de la iglesia sigue en autoridad a los miembros del Consejo de los Doce”. (Doctrina de Mormón, ed. 1966, p. 560-561). ¿Quién tiene ahora las llaves de las bendiciones partriarcales “sobre las cabezas de toda mi gente”? ¿Nadie?
Brigham Young y la Doctrina Adán-Dios
Las enseñanzas de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días se volvieron aún más extrañas después de que Brigham guiara a los mormones al Valle del Lago Salado. Desde entonces empezaron a pensar que eran libres para practicar lo que era ilegal en cualquier otra parte; por ejemplo, la poligamia y la expiación por la sangre.
Brigham Young hizo pública la poligamia desde 1852 en adelante en Utah, aunque la Iglesia de los Santos de los Últimos Días todavía la negaba fuera de Utah. Desde ese mismo año en adelante, empezó a enseñar que “Adán es Dios y Padre y el único dios con quien tenemos que ver”, y que Adán fue el padre de los espíritus humanos, así como el padre físico de Jesús. (Ver el Diario de Discursos, 1:50-51; vol. 4, p. 1; 5: 331-332, etc.). La Iglesia de los Santos de los Últimos Días ha emitido negaciones diciendo que la doctrina Adán-Dios nunca se enseñó, pero los registros muestran claramente que Brigham Young la enseñó, no sólo una o dos veces, sino, desde 1852 hasta su muerte en 1877. Veamos algunas de sus declaraciones:
“¡Ahora escuchen, Oh, habitantes de la tierra, judíos y gentiles, santos y pecadores! Cuando nuestro padre Adán vino al jardín del Edén, vino con un cuerpo celestial y trajo con él a Eva, una de sus esposas. Ayudó a crear y organizar el mundo. Es Miguel Arcángel, ¡el Anciano de los Días! sobre quien los hombres santos han escrito y hablado – ES NUESTRO PADRE Y NUESTRO DIOS, Y EL UNICO DIOS CON QUIEN TENEMOS QUE VER. Cada hombre sobre la tierra, profese o no la fe cristiana, debe oírlo, y lo sabrá tarde o temprano… la tierra fue organizada por tres personajes diferentes: Elohim, Jehová y Miguel, estos tres formando un quórum, como en los cuerpos celestes, y en el elemento organizador, perfectamente representados en la Deidad, como Padre, Hijo y Espíritu Santo” (Diario de Discursos, 1:50-51).
Esta enseñanza se repitió y continuó en los siguientes escritos de la iglesia a través de los años. Por ejemplo, en la Estrella Milenaria, 17:195 leemos: “toda rodilla se doblará, y toda lengua confesará que él (Adán) es Dios de toda la tierra. Entonces se cumplirán totalmente las palabras del profeta Brigham Young, al hablar de Adán: ‘Él es nuestro Padre y Nuestro Dios, y el único Dios con quien NOSOTROS tenemos que ver'”.
Más adelante, en la Estrella Milenaria, 16:530, leemos el consejo de James A. Little: “Creo en el principio de la obediencia; y si se me dice que Adán es nuestro Padre y nuestro Dios, simplemente lo creo”. Los registros muestran que sólo dos líderes de la iglesia tuvieron dificultades con esta doctrina, a saber, los apóstoles Orson Pratt y Amasa Lyman. En uno de los sermones de Brigham, impreso en el diario Desert News, el 14 de junio de 1873, Brigham declaró:
“Cuánta incredulidad existe en las mentes de los Santos de los Últimos Días con respecto a una doctrina en particular que yo les revelé, y la CUAL ME FUE REVELADA POR DIOS – principalmente que ADAN ES NUESTRO PADRE Y DIOS… Nuestro Padre Adán ayudó a hacer esta tierra, fue creada expresamente para él. Trajo a una de sus esposas con él. ¿Quién es él? Es Miguel… Fue el primer hombre sobre la tierra, y su diseñador y creador. Él, con ayuda de sus hermanos la hizo existir. Luego dijo (Adán): ‘QUIERO QUE LOS HIJOS QUE ME NACIERON EN EL MUNDO ESPIRITUAL VENGAN AQUI Y TOMEN TABERNACULOS DE CARNE PARA QUE SUS ESPIRITUS PUEDAN TENER UNA CASA, UN TABERNACULO O UN LUGAR DE RESIDENCIA COMO EL MIO LO TIENE’“.
Por más de 20 años, Brigham Young enseñó claramente lo siguiente a manera de doctrina:
“ADAN NO FUE HECHO DEL POLVO DE ESTA TIERRA”
(Diario de Discursos, 2:6)
“ADAN ES EL UNICO DIOS CON EL QUE TENEMOS QUE VER” (Diario de Discursos, 1:50)
“ADAN, PADRE DE JESUCRISTO” (Diario de Discursos, 1:50-51)
Heber C. Kimball, el Primer Consejero de Brigham Young, también enseñó:
“He aprendido por experiencia que sólo hay un dios que pertenece a esta gente, y es el Dios que pertenece a esta tierra: EL PRIMER HOMBRE. ESE PRIMER HOMBRE ENVIO A SU PROPIO HIJO PARA REDIMIR AL MUNDO…” (Diario de Discursos, 4:1).
Brigham Young había declarado que Dios mismo le reveló esta doctrina. Brigham también había anunciado que sus sermones eran “tan buenos como la escritura” (Diario de Discursos 13:166). Si es así, entonces ¿cómo puede la Iglesia de los Santos de los Últimos Días rechazar hoy sus enseñanzas, que según él provenían de su Dios? ¿Quién era el Dios de Brigham? José Smith había dicho: “Algunas revelaciones provienen de Dios, otras del hombre y otras del mal…” (“A Todos los Creyentes en Cristo”, p. 31). ¿Quién determina la fuente de las revelaciones? ¿los seguidores del profeta? Además, si Brigham Young estaba equivocado, ¿cómo puede la iglesia de hoy aceptarlo como autoridad de Dios? La Iglesia de los Santos de los Últimos Días enseña que debe haber un vínculo ininterrumpido de verdaderos profetas después de la restauración, de otro modo la autoridad se perdería. Contradecir a Brigham Young hoy prueba la falta de credibilidad tanto de la actual Iglesia de los Santos de los Últimos Días como la del mismo Brigham Young, y rompe el vínculo.
Uno podría seguir hurgando en estas enseñanzas y mostrar claramente la naturaleza no cristiana de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, pero veamos ahora algunas de sus enseñanzas actuales acerca de Adán. En Doctrina y Convenios 27:11, se hace referencia a
Adán como al Anciano de los Días, uno de los nombres de DIOS TODOPODEROSO en la Biblia, no de Adán. ¡No hay ninguna duda acerca de eso! Tampoco hay duda de que la Iglesia de los Santos de los Últimos días cree y enseña que Adán es ese, el Anciano de los Días, que juzgará al mundo. En la página 34 de su libro Doctrina Mormona, el apóstol Bruce R. McConkie dice:
Adán es conocido como el Anciano de los Días… En este carácter se sentará todavía a juzgar formalmente “diez mil veces diez mil….”
En la ceremonia del templo, el Arcángel Miguel, es uno de los creadores del mundo y luego se “convierte” en Adán. Según el mormonismo, varios “DIOSES” crearon el mundo (ver la Perla de Gran Precio, Abraham 4 y 5), siendo Adán uno de ellos. Claramente se implica que él es Dios. Hay más documentos que promueven esta creencia.
La enseñanza del mormonismo acerca de Dios y Jesucristo
¿Qué enseña la Iglesia de los Santos de los Últimos Días acerca de Jesucristo? Primero que nada, ya hablamos de cómo Brigham Young enseñaba que Jesús fue un espíritu hijo de Adán y espíritu hermano de toda la humanidad, así como de los ángeles y los seres espirituales, aún los caídos; es decir, Jesús es hermano de Lucifer. Brigham también enseñó que Jesús fue hijo biológico de Adán, quien como ser exaltado y resucitado vino a María, con quien procreó a Jesús. Brigham enfatizó que Jesús no fue engendrado por el Espíritu Santo, como dice la Biblia.
Esta enseñanza muestra que el Jesús de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días no es “Emanuel”, “Dios con nosotros”, el Dios que, según la Biblia (Mt. 1:23) se hizo hombre por nosotros, para ser nuestro redentor. El Jesús de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días es un ser creado que también tuvo que ser redimido… Pero el Jesús de la Biblia es el Creador – Dios no creado que creó todo, incluyendo a Lucifer (Jn. 1:3; Col. 1:16).
Las actuales enseñanzas de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días no han cambiado a este respecto. Su presidente, Ezra Taft Benson, dijo en su libro “Venid a Cristo” (página 4):
“… El cuerpo en el que él realizó su misión en la carne fue engendrado por ese Ser Santo que nosotros adoramos como Dios, nuestro Padre Eterno. Jesús no fue hijo de José, ni fue engendrado por el Espíritu Santo. Es el Hijo del Padre Eterno. (Énfasis agregado).
En la página 742 de la Doctrina Mormona, el apóstol Bruce R. McConkie, dice:
“Dios Padre es un hombre santo, glorificado y perfeccionado, un personaje inmortal. Y Cristo nació en el mundo como el Hijo literal de este Ser Santo; nació en el mismo sentido personal, real y literal que cualquier hijo mortal de un padre normal. No hay nada figurativo en esta paternidad; él fue ENGENDRADO, CONCEBIDO y nacido en la forma normal y natural, porque es el Hijo de Dios, y esa denominación significa lo que dice”.
En el mismo libro (páginas 546-547) McConkie agrega bajo el subtítulo “UNICO HIJO ENGENDRADO”:
“… Cada palabra debe entenderse literalmente. Único significa único; engendrado significa engendrado; e hijo significa hijo. Cristo fue engendrado por un Padre Inmortal en la MISMA FORMA QUE LOS HOMBRES MORTALES SON ENGENDRADOS POR SUS PADRES MORTALES. (Énfasis agregado).
Esto no es lo que dice la Biblia. La Biblia dice que una virgen concebirá y dará a luz un Hijo, quien se llamará Emanuel, que significa “Dios con nosotros”, noun hermano con nosotros. (Mt. 1:18-23). La María de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días no fue una virgen que dio a luz un hijo, sino una “esposa” del Padre Celestial, que según Brigham era Adán.
El apóstol Orson Pratt explica en la página 158 de su libro doctrinal titulado El Visionario:
“…. El cuerpo carnal de Jesús requirió de una madre así como de un padre. Por lo tanto, el padre y la madre de Jesús, según la carne, deben haberse asociado en su carácter de esposo y esposa; de donde la Virgen María debe haber sido, en ese tiempo, la esposa legal de Dios Padre. Así como Dios fue el primer ESPOSO PARA ELLA (María), puede ser que la haya dado por esposa a José sólo mientras se encontraba en su estado mortal, y que después de la resurrección tuviera intenciones de tomarla nuevamente como una de sus esposas para engendrar espíritus inmortales en la eternidad… (Énfasis agregado).
Los líderes de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días también han enseñado que su Jesús fue casado y tuvo hijos, y que incluso fue polígamo. Nuevamente, el apóstol Orson Pratt dice en la página 172 de El Visionario:
“… el gran Mesías que fundó la religión cristiana fue polígamo… el Mesías eligió tomar su semilla por su propia cuenta; y casándose con muchas esposas honorables, mostrar a todas las generaciones futuras que aprobaba la pluralidad de esposas bajo la exención cristiana… El hijo siguió el ejemplo de su Padre, y se convirtió en el gran novio con quien se casarían hijas de reyes y muchas de las esposas honorables. También hemos probado que tanto Dios Padre como nuestro Señor Jesucristo heredan sus esposas en la eternidad y en el tiempo…
En respuesta a la pregunta “¿Fue casado Jesús?”, Joseph Fielding Smith, presidente de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días en la década de los ’70s, dijo: “¡Sí, pero no lancen perlas a los puercos!” Podemos ver claramente que la Iglesia de los Santos de los Últimos Días aún cree que Jesús fue casado, pero no quiere “aventar perlas a los puercos”, en otras palabras, revelar esto a los no mormones.
El 4 de junio de 1998, el presidente de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, Gordon B. Hinckley, hizo una declaración donde aceptaba que él (y su iglesia) no cree en el Jesucristo del cristianismo tradicional. Dijo:“El Cristo tradicional de quien hablan no es el Cristo del que yo hablo. Porque el Cristo de quien hablo había sido revelado en esta exención de la Plenitud de los Tiempos. Él, junto con su Padre, se aparecieron al joven José Smith en el año de 1820, y cuando José salió de la arboleda aquel día, sabía más de la naturaleza de Dios que todos los ministros y eruditos del evangelio de las eras”. (Church News, 20 de junio, 1998, p. 7. Énfasis agregado).
En la CXLVII Conferencia General la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, el miembro de las Autoridades Generales Bernard P. Brockbank, declaró que “el CRISTO SEGUIDO POR LOS MORMONES NO ES EL CRISTO SEGUIDO POR EL CRISTIANISMO TRADICIONAL“.
Dijo: “Es verdad que muchas de las iglesias cristianas adoran a UN JESUCRISTO DIFERENTE al adorado por los mormones”. (“La Insignia”, mayo 1977, p. 26).
En resumen, el Jesús de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días no es el Jesús de la Biblia. El Dios de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días no es el Dios de la Biblia. José Smith dijo que hay “UN DIOS SOBRE EL PADRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO...” y en la Doctrina Mormona, páginas 322, leemos: “… Si Jesucristo fue el Hijo de Dios, y… Dios el Padre de Jesucristo tuvo un Padre, usted puede suponer que él tuvo un Padre también. ¿Cuándo existió un un hijo sin padre? … Por lo tanto, si Jesús tuvo un Padre, no es natural creer que éste tuvo un padre también?” Según lo registrado en las Enseñanzas del Profeta José Smith (p. 344-347), en 1844 José Smith empezó a decir a la audiencia que: “… todo hombre tiene derecho natural y, en nuestra patria, constitucional a ser un FALSO PROFETA, lo mismo que uno verdadero…” Luego, en la siguiente página dice: “Voy a contarles cómo Dios llegó a ser Dios. Hemos imaginado y supuesto que Dios fue Dios desde toda la eternidad. Refutaré esa idea y retiraré el velo para que ustedes puedan ver”. Explica que “…Dios mismo fue alguna vez como nosotros somos ahora… y ustedes mismos tienen que aprender a ser dioses… como todos los dioses lo han hecho antes que ustedes…” (Énfasis agregado).
Dioses Mormones y el “Martirio” de José Smith
El Dios de la Biblia dice: “… ¿Hay algún Dios fuera de mí? No, no hay otra Roca; NO CONOZCO NINGUNA” (Is. 44:8). Si Dios tuvo padre y éste tuvo padre, y así sucesivamente, ¡el Dios de la Biblia seguramente lo sabría!
En la Biblia, Dios nos llama a saber, a creer y a entender quien es él: “Ustedes son mis testigos afirma el Señor, son mis siervos escogidos, para que me CONOZCAN y CREAN en mí, y ENTIENDAN quién yo soy. ANTES DE MÍ NO HUBO NINGÚN OTRO DIOS, NI HABRÁ NINGUNO DESPUÉS DE MÍ” (Is. 43:10).
Para José Smith y para todos los mormones, eso significa sencillamente que ¡NO SE CONVERTIRÁN EN DIOSES! ¡No pueden “aprender” a convertirse en dioses! ¡El Dios de la Biblia lo dice! Dios dice: “YO SOY EL SEÑOR, Y NO HAY OTRO; FUERA DE MÍ NO HAY NINGÚN DIOS…” (Is. 45:5).
Dios dice lo que pasa a los falsos profetas que tratan de guiar a la gente hacia otros dioses:
“Si se levanta en medio de ti un profeta o soñador de sueños, y te anuncia una señal o un prodigio, y la señal o el prodigio se cumple, acerca del cual él te había hablado, diciendo: “Vamos en pos de otros dioses (a los cuales no has conocido) y sirvámosles”, no darás oído a las palabras de ese profeta o de ese soñador de sueños; porque el SEÑOR tu Dios te está probando para ver si amas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. En pos del SEÑOR vuestro Dios andaréis y a El temeréis; guardaréis sus mandamientos, escucharéis su voz, le serviréis y a El os uniréis. PERO A ESE PROFETA O A ESE SOÑADOR DE SUEÑOS SE LE DARÁ MUERTE, POR CUANTO HA ACONSEJADO REBELIÓN CONTRA EL SEÑOR VUESTRO DIOS…” (Dt. 13:1-5)
Es interesante notar que a las pocas semanas de haber predicado el sermón (en abril de 1844) donde decía que los hombres pueden convertirse en dioses y que Dios no es Dios desde toda la eternidad, ¡José Smith fue asesinado! ¿Coincidencia? (Los judíos ortodoxos tienen un dicho: “¡Coincidencia no es una palabra autorizada!”).
El Único Dios Verdadero
La Biblia dice que Dios es Dios “… desde la eternidad y hasta la eternidad” (Sal. 90:2), y al hablar del Mesías, DIOS HECHO HOMBRE (¡no un hombre hecho Dios!) dice: “Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, PADRE ETERNO, PRÍNCIPE DE PAZ” (Is. 9:6); “¡Tú, Señor, existes desde la eternidad! ¡Tú, mi santo Dios, eres inmortal!” (Hab. 1:12).
A los creyentes del Dios de la Biblia se les reconforta de la siguiente manera: “EL ETERNO DIOS ES TU REFUGIO Y SUS BRAZOS ETERNOS SON TU APOYO…” (Dt. 33:27).
Nos gustaría decir a los seguidores de José Smith, Brigham Young y los actuales profetas de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días lo que Josué dijo a Israel: “elijan ustedes mismos a quiénes van a servir … Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor.” (Josué 24:15).
Cuando en la Biblia (KJV) aparece la palabra “SEÑOR” en mayúsculas, indica que en el original hebreo se utilizó el nombre de Dios, representado por las consonantes YHWH (los hebreos no se atrevían a pronunciarlo), y traducido como SEÑOR o Dios. Cuando Dios habló a Moisés, declaró ser Dios, el Gran YO SOY, y dio a entender que Abraham, Isaac y Jacob no lo conocían por su nombre YHWH (JE-HO-VA). Esta fue la primera vez que Dios reveló su nombre (Éxodo 6:3).
En toda la Biblia, las palabras “YO SOY EL SEÑOR TU DIOS” (por ejemplo, Ex. 6:7) o “YO EL SEÑOR DIOS” son utilizadas por Dios para decir al profeta quién está hablando. La palabra SEÑOR (YHWH) y la palabra DIOS (Elohim) se usan como en el ejemplo anterior: YO, EL SEÑOR DIOS (no nosotros, como enseña la doctrina mormona).
Hablando de la divinidad, Doctrina Mormona dice en la página 576:
“… Como cada una de estas personas es dios, es evidente, tan sólo desde este punto de vista, que existe una pluralidad de Dioses” (Énfasis agregado).
En hebreo la palabra “el” significa Dios, y la palabra “Elohim” es la forma plural de “el” Cuando leemos en nuestra Biblia “YO SOY EL SEÑOR TU DIOS”, si lo regresáramos al hebreo diría: “Yo soy YHWH tu Elohim”. Uno no recibe dos dioses de esto: sólo un Dios. La “Trinidad” no se menciona en la Biblia como palabra, pero la pluralidad de personas en UN DIOS se demuestra claramente en toda la Biblia. Las Escrituras llegaron a nosotros a través de Israel. Para los judíos no hay sino un sólo Dios: YHWH. Deuteronomio 6:4 es lo que los judíos repiten diariamente, y con su último aliento dicen: “Escucha, Oh, Israel, el SEÑOR nuestro DIOS es el único SEÑOR”; o en hebreo: “Escucha, Oh, Israel, YHWH nuestro Elohim es YHWH”.
La mayoría de la gente acepta que el Padre es Dios. La Biblia enseña que Jesús es Dios (por ejemplo, Jn. 1:1,14; 20:28), y que el Espíritu Santo es Dios (comp. Hch. 5:3 y 4 y 1 Cor. 3:17 y 6:19), pero también enseña que SOLO HAY UN DIOS. En Isaías 45, versos 5, 6, 14, 18, 21 y 22, Dios dice que no hay otro Dios o Señor. Otros ejemplos: Dt. 4:35 y 39, 32:39; I Sam. 2:2; II Sam. 7:22, 22:32; I R 8:60; Sal. 18:31; Jr. 10:10; Gál. 3:20; Ef. 4:6; Mc 12:32 y 34.
Santiago 2:19 nos dice que incluso los demonios saben que sólo hay un Dios. ¿Cómo es que la Iglesia de los Santos de los Últimos Días no lo sabe? Esta iglesia frecuentemente dice que hay más de un dios porque en Gn. 1:26 Dios dice: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza…” Note que sólo hay una imagen, y el siguiente verso lo aclara diciendo: “Y Dios creó al ser humano a su imagen…” (¡No a SUS imágenes!)
La palabra Elohim (DIOS) se refiere al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, pero el verbo está en singular en cada caso en el que aparece la forma plural “Elohim”. Ejemplos de lo que Dios dice acerca de sí mismo: “Yo. el Señor Dios” (Yo YHWH Elohim), no “nosotros” (YHWH y Elohim) o “YO SOY EL SEÑOR TU DIOS”, no, “nosotros somos” (YHWH y Elohim).
Como la Biblia declara ser la Palabra de Dios, no “argumenta” sobre Dios. La Biblia claramente dice que sus caminos y pensamientos están muy por encima de los nuestros, pero que mediante el Espíritu Santo aprenderemos a entender lo que él ha hecho por nosotros y cuan grande es su amor por nosotros. Dios nos ha dado un camino sencillo, un sólo camino, un camino angosto. No deje que nadie lo confunda en esto. Jesús dijo: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”.
Aunque anteriormente usted haya creído las falsas enseñanzas de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, no quiere decir que ahora no pueda aceptar la verdad de la Palabra de Dios: la Biblia.
Nuestra súplica para usted
El camino de Dios es muy simple. Si le gustaría recibir la verdad, podemos sugerir que se acerque a Dios en oración y le diga que querría denunciar todos los falsos caminos y falsas perspectivas de él que usted incluso ha promovido, y que ahora lo acepta a él y sus caminos, y le pide su guía y la comprensión de su Palabra: la Biblia. Pida a Dios que busque en su corazón y le ayude a entender que no puede ganar la salvación, sino aceptarla como don de Dios, como dice Ef. 2:8-9. Reconózcase como pecador que lo único que merece es el juicio de Dios, y que ahora quiere recibir en su corazón y en su vida al verdadero Jesucristo de la Biblia, porque ahora cree que Jesús pagó el precio de nuestros pecados, nuestro pasado, presente y futuro, cuando colgando en la cruz dijo: “Está consumado” (en griego literalmente: “pagado totalmente”). Y que ahora desea servirle. Pida a Dios que le ayude a crecer en la gracia y el conocimiento del verdadero Salvador, Jesucristo (2 P. 3:18). Amén.
En resumen
Como mormones, nosotros aceptábamos la declaración de los Artículos de Fe que dice: “creemos en la Biblia siempre y cuando esté traducida correctamente”. Empezó a parecernos poco razonable decir eso sin aclarar que parte de la traducción podría estar incorrecta. Si nuestra iglesia sabía que estaba incorrecta, ¿por qué no la corregía? La Iglesia de los Santos de los Últimos Días es una organización que emplea un gran número de traductores para la mayoría de los idiomas del mundo. El texto hebreo del Antiguo Testamento y el texto griego del Nuevo Testamento están disponibles, así como está disponible incluso la traducción Septuaginta del Antiguo Testamento, traducido aproximadamente en 270 a.C. El griego era “el idioma del mundo” en esa época, y esta versión griega del Antiguo Testamento era de uso común en el tiempo de Cristo. La mayoría de las citas del Antiguo Testamento hechas en el Nuevo Testamento son de la Septuaginta. Es obvio que la Septuaginta (y por ello también el Antiguo Testamento hebreo) está correcta, ya que Jesucristo citó pasajes de ahí, concediéndoles así autenticidad.
En el camino a Emaús, Jesús dijo a sus discípulos: “¡Qué torpes son ustedes –les dijo–, y qué tardos de corazón para creer TODO lo que han dicho los profetas! …y COMENZANDO POR MOISÉS Y POR TODOS LOS PROFETAS, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras” (Lucas 24:25-27). Note que empezó por Moisés, es decir el Génesis, y recorrió TODOS los profetas, en otras palabras, todo el Antiguo Testamento, explicándoles lo que estaba escrito sobre él. No mencionó ninguna mala traducción en la Septuaginta, ni pasajes perdidos. El Antiguo Testamento estaba completo desde aproximadamente el 400 a.C., y como ya hemos mencionado estaba completo en griego (la Septuaginta) aproximadamente 270 años antes de que Jesús naciera.
Jesús mismo nos aseguró (Mt. 5:18) que “…antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasarán” de su palabra hasta que se haya cumplido. (“Una jota” y “una tilde” eran las partes más pequeñas de las letras, como decir un punto de la “i” o la tilde de la “t”). El cielo y la tierra no se han acabado, así que tenemos su promesa de que podemos confiar en que su palabra está correcta y completa.
Cuando llegamos a la conclusión de que podíamos confiar en la Biblia y aceptarla como la Palabra infalible de Dios, todo fue muy diferente. Nos dimos cuenta de que lo que la doctrina mormona dice sobre Dios no es la doctrina bíblica de Dios. La doctrina mormona enseña que alguna vez Dios fue hombre y tuvo padre -quien a su vez tuvo padre, y así sucesivamente. Según la Biblia, Dios no es un hombre (Nm. 23:19), no hubo dioses antes que él, ni después de él (Is. 43:10), el Dios de la Biblia dice que él no conoce otros Dioses (Is. 44:8). Eso bastaría para aclarar que los hombres no se convertirán en dioses.
El Jesús que nosotros habíamos aceptado como mormones no es el Jesús de la Biblia. El Jesús de la Biblia es literalmente Dios Todopoderoso que se hizo hombre para redimirnos (Is. 7:14; 9:6). Él creó todo, incluyendo a Lucifer (Col. 1:16) y no es hermano de los espíritus humanos ni de Lucifer. Él es el único Camino, la Verdad y la Vida. Su salvación en un Don, así que nadie puede alardear de haberla ganado (Ef. 2:8-9). pero uno debe conocerlo primero como dice Juan 17:3.
También pudimos ver que no hay una segunda oportunidad (para los muertos), ya que Jesús dijo en Lucas 16:26, cuando hablaba del hombre rico y de Lázaro, quienes habían muerto: “Además de eso, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes, de modo que los que quieren pasar de aquí para allá no pueden, ni tampoco pueden los de allá para acá…” Esto significa que no hay trabajo misionero en el otro lado. Ellos no pueden pasar el abismo. Hebreos 9:27 dice: “…Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio”. Después de la muerte viene el juicio, no una segunda oportunidad. También el Salmo 49:7 dice: “ninguno de ellos podrá, en manera alguna, redimir al hermano, ni pagar a Dios su rescate”. Nada que podamos hacer después de que alguien haya muerto, le puede ayudar.
Pero la Biblia dice: “…exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: “Hoy” … Si oís hoy su voz, NO ENDUREZCÁIS VUESTROS CORAZONES…” (Heb. 3:13,15). Al menos dése la oportunidad de descubrir la verdad tomándose el tiempo de investigar algunas cosas. Si la Iglesia de los Santos de los Últimos Días es la verdad, no debe temer investigar. La verdad no cambia. Sólo las mentiras tienen que protegerse y esconderse.
Si hemos cometido algún error, nos gustaría saber dónde. Le hemos presentado algunas muestras de nuestros estudios sobre la historia de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, sus doctrinas y declaraciones. Estúdielas y decida si son verdad.
Dennis y Rauni
Acerca de Dennis y Rauni
Yo, Dennis, crecí en una familia de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días. Fui mormón de sexta generación. Mis padres eran mormones siempre activos que no faltaban al templo, y lo mismo se esperaba de mí. Nunca tuve problemas para creer la historia mormona y me puse muy contento cuando me llamaron a una misión a Finlandia, donde serví fielmente durante dos años y medio. Después de mi misión, me casé con Rauni en el Templo de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días de Salt Lake City y empecé a prestar servicios voluntarios. Se me llamó a ocupar el cargo de presidente del Quórum de Élders cuando aún no cumplía los 25 años, y tuve puestos de enseñanza y liderazgo a partir de ese momento. Estaba apenas en mis 30s cuando fui ordenado Sumo Sacerdote y se me llamó a servir en el Alto Consejo de Estacas. Ocupado como estaba en la iglesia y sus actividades, con mucho trabajo en el templo además de mi voluntariado, no tenía tiempo libre. Fue Rauni quien empezó a notar que había inconsistencias en las declaraciones mormonas, y que debíamos revisarlas.
Yo, Rauni, me convertí a la Iglesia de los Santos de los Últimos Días en Finlandia, donde serví en una “misión de tiempo completo” antes de venir a los Estados Unidos. Empecé a trabajar como traductora de Finlandés en las oficinas de la iglesia casi inmediatamente después de mi llegada de Salt Lake City, y trabajé ahí más de 14 años. El trabajo de traducción me dio la oportunidad de estudiar la historia mormona en muchos libros que generalmente no eran accesibles a los miembros de la iglesia. Empecé a hacerme preguntas cuando vi tantos cambios en las doctrinas de la iglesia y contradicciones entre sus escrituras y los escritos de los profetas y líderes. Resultaba obvio para mí que la iglesia escondía mucha información importante a sus feligreses. Yo tenía puestos de enseñanza tanto en la iglesia dominical como en la Sociedad de Socorro. También serví en el Consejo de la Sociedad de Socorro de Estaca. Sin embargo, cuando los problemas doctrinales de la iglesia empezaron a ser demasiado evidentes para que yo pudiera aceptarlos, sugerí a Dennis que comparáramos la doctrina mormona con la doctrina de la Biblia para ver si correspondían. Este asunto fue serio, porque si el mormonismo era falso, nuestra vida eterna y salvación estaban en peligro.
En las páginas anteriores hemos presentado brevemente algunos de los problemas que encontramos y que finalmente ocasionaron nuestra salida de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días. Mediante un estudio muy largo llegamos a aceptar la Biblia como Palabra infalible de Dios y al Jesús de la Biblia como nuestro Señor y Salvador.
Puede enviar preguntas a Dennis y Rauni Higley a:
P.O. Box 900415
Sandy, Utah 84093-415
o por correo electrónico a [email protected] o [email protected].
Sitio electrónico en inglés: hismin.com.
Por Dennis y Rauni Higley
Published November 6, 2017