POR KATHY FERGUSON LITTON
Es fundamental para nuestros líderes poder relacionarse con los demás. Vivimos en una cultura que pide a gritos autenticidad, comunidad y transparencia.
Como líderes debemos saber:
- No podemos liderar eficazmente a distancia.
- No podemos discipular genuinamente a las personas sin establecer una relación.
- Compartimos de una mejor manera el evangelio cuando tenemos una conexión personal y afectuosa.
Si queremos hacer bien cualquiera de esas cosas, debemos ser intencionales en forjar nuestras relaciones con los otros.
Busquemos estar presentes de manera intencional.
Las relaciones comienzan simplemente con estar presentes y tener algo en común; las creamos cuando trabajamos, jugamos, comemos, aprendemos y oramos juntos. Vamos estableciéndolas mientras hacemos negocios, recibimos tratamientos de quimioterapia o sudamos en una clase de gimnasia.
Incluso en los momentos difíciles y dolorosos de la vida como en una sala de espera de cuidados intensivos o en un grupo de terapia, podemos forjar relaciones: cuando compartimos algo en común con quienes nos rodean, hay un potencial de amistad.
Si Dios nos ha colocado estratégicamente en un tiempo, un espacio, un lugar o nos ha dado una experiencia con otros, debemos creer que Él tiene un propósito ahí; ese propósito podría ser la gente que está ahí contigo. Estar presente es bueno, pero cuando lo hacemos de manera intencional, le agregamos el valor de lo eterno a ese momento y buscamos aprovecharlo.
Conectemos intencionalmente.
Ahora, es importante hacer algo más que solo estar presentes. Debemos conectar con los demás; buscar la manera de no solo estar presentes, sino de comprometernos intencionalmente con esa persona. Esto implica que quizás seas tú quien deba dar el primer paso hacia una conversación o una invitación a comer.
Yo debo confesar que he perdido muchas oportunidades de conectar con los demás por culpa de las múltiples ocupaciones o por dividir demasiado mi vida entre lo sagrado y lo secular. Esas discrepancias son trampas que potencialmente reducen nuestro enfoque en el ministerio. Recordemos que toda nuestra vida es un viaje misionero, por lo tanto, cada momento es importante.
Nuestros momentos invitan a una amplia gama de propósitos en nuestro día a día, desde construir un puente para compartir a Cristo, hasta impactar en líderes jóvenes o llevar la carga de alguien. Aun cuando el momento sea breve, es una oportunidad misional para brillar por Cristo.
Aunque estar presente es el primer paso, ser intencional corresponde al paso crítico de vivir el propósito eterno de ese momento.
Mientras entrenaba para correr en un maratón con un grupo de nuestra asociación cristiana de jóvenes de la comunidad, me enteré de la situación difícil por la que estaba pasando una de mis amigas; tan solo una pregunta gentil y llena de propósito pudo abrir una puerta dolorosa que ella atravesó y avanzamos hacia una conversación más profunda. Nuestro largo recorrido de entrenamiento creó un espacio para la honestidad y vulnerabilidad. Se formó una nueva intimidad al escuchar sobre su dolor y sus heridas. Una pregunta y una respuesta sincera hicieron que nuestra relación avanzara enormemente.
Tenemos que estar dispuestas a buscar intimidad con una curiosidad compasiva. Sí, cuando preguntamos “¿por qué?” o “¿cómo?”, o simplemente decimos: “háblame de eso”, los corazones pueden abrirse y los muros pueden caer.
Otro tipo de vulnerabilidad
La vulnerabilidad tiene muchas formas. A veces es algo serio, como la mujer que compartió conmigo durante nuestro entrenamiento. Y otras veces, toma un giro humorístico, en el que bajamos la guardia y conectamos con aquellos a los que estamos ministrando.
Como ejemplo de esto último, recuerdo una mañana cuando mi esposo, Ed, y yo nos llevamos a los líderes del último año de preparatoria que sirven en nuestro campamento de escuela secundaria a una carrera de las famosas donas de Krispy Kreme. Los globos de helio que estaban allí fueron muy tentadores, y Ed respiró profundamente el globo lleno de helio y comenzó a cantar con voz de niño; los chicos se volvieron locos; se rieron mucho.
Fue un momento sagrado. El hombre que la noche anterior contó la historia del hijo pródigo y habló de la vergüenza, de repente podía ser gracioso, usando un sombrero de Krispy Kreme con sus pulmones llenos de helio. La distancia desde las sillas hasta el púlpito se acortó. Su vulnerabilidad en ese momento fue de otro tipo, pero también creó un nuevo momento de intimidad.
¡Necesitamos más globos con helio! Traen risa y una perspectiva de humor a nuestras vidas, creando un momento que, a veces, no podría compartirse en un sermón serio. Gracioso e insignificante, pero aún sagrado.
Como líderes ocupados, se requiere de trabajo, intencionalidad y ceder a la comodidad para llegar a los lugares y a la gente que nuestras vidas de domingo por la mañana no pueden alcanzar fácilmente. Sin embargo, la vida y el mundo abarcan mucho más que nuestro tiempo en un servicio dominical, y muchas de las personas a quienes debemos alcanzar no se encuentran en el entorno de una mañana de domingo.
Observa a tu alrededor, ¿en qué área necesitas ser más intencional?, ¿en dónde te está invitando Dios a estar presente y a crear una conexión?
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PUBLICADO EL 4 DE OCTUBRE DE 2021
Kathy Ferguson Litton
Kathy vive en Mobile, Alabama, con su marido Ed, pastor de la iglesia Redemption Church. Ambos perdieron a sus antiguas parejas en accidentes de tránsito, y Dios les dio un nuevo amor y una nueva vida juntos en 2009. Kathy disfrutó de 26 años de vida y ministerio junto a Rick Ferguson. Tiene tres hijos y diez nietos. En la actualidad, ejerce como directora de desarrollo de esposas de plantadores de iglesias.