Mujeres de Send Network llevan esperanza del evangelio a familias militares

SNEADS FERRY, Carolina del Norte – Brittany Brown nunca olvidará la noche del 19 de noviembre de 2005. Pero sus recuerdos de esa noche, cuando dio a luz a su segundo hijo, están lejos de ser típicos.

“Ser esposa de un militar significa enfrentar cosas que otras mujeres no enfrentan,” dice. “Estaba con un niño de un año, a punto de tener otro bebé, y mi esposo estaba en una zona de combate en Irak. Y creo que lo más difícil fue no poder simplemente tomar el teléfono y decir, ‘Vamos a tener un bebé’. Por eso la comunidad es tan importante en un pueblo militar. Terminé teniendo a seis mujeres en la sala de parto conmigo. Y fue increíble.”

Hoy en día, Brittany y Joshua Brown están plantando una iglesia junto al Send Network en Sneads Ferry, Carolina del Norte—Pillar Church of Topsail. Como misioneros plantadores, iniciaron la iglesia hace varios años para alcanzar a las familias militares asignadas a la base del Cuerpo de Marines, Camp Lejeune.

“Este pequeño pueblo es prácticamente todo militar,” dice Joshua. “Y las personas que vienen a Camp Lejeune tienen entre 18 y 26 años, están lejos de sus padres tal vez por primera vez, y no tienen un sistema de apoyo. Necesitan desesperadamente una comunidad, y por eso es una gran oportunidad para compartir el evangelio con ellos.”

Veinte años de matrimonio con un infante de marina en servicio activo le enseñaron a Brittany lecciones importantes que ahora utiliza para compartir el evangelio con esposas de militares.

“Desde que comenzamos la iglesia, supe que quería alcanzar a mujeres,” comenta, “porque creo que mucha gente no entiende el estrés emocional que vive una esposa militar. Las misiones, las constantes transiciones, mudarse de un lugar a otro… es realmente un estilo de vida distinto y yo lo entiendo. Así que no me sorprendo cuando conozco a alguien cuyo esposo se va por nueve meses o cuando escucho, ‘Voy a tener un bebé y necesito que alguien cuide a mis dos hijos y alguien que esté conmigo en la sala de parto’.”

Andrea Manias entiende perfectamente a qué se refiere Brittany. Andrea y su esposo, Adam, tienen cinco hijos, de entre uno y diez años—“No soy una superheroína,” insiste Andrea—y debido a su rol en los Marines, él pasa meses fuera con frecuencia.

“Hay veces que ni sé dónde está,” cuenta Andrea. “Y otras veces, preferiría no saberlo.”

Cuando Andrea dio a luz a su quinto hijo, Adam se estaba preparando para una nueva misión.

“Nuestro hijo nació un mes antes de lo esperado y tuvo que estar en la unidad de cuidados intensivos neonatales,” dice Andrea. “No tenemos familia cerca y teníamos otros cuatro hijos en casa que no podíamos dejar. Y la gente de Pillar Church dejó todo para ayudarnos. Cuidaron a nuestros hijos, se encargaron de la casa, hicieron de todo. Y Adam y yo solo podíamos decir: ‘Wow’. Nunca antes habíamos visto tan claramente las manos y los pies de Jesús.”

Este es el día a día de la plantación de iglesias en una comunidad militar.

“Ayudamos a mujeres como Andrea, cuyos esposos están lejos,” dice Brittany. “Cuidamos a sus hijos, cortamos el césped, si algo se rompe, lo arreglamos. Incluso tenemos motosierras, hidrolavadoras y desbrozadoras que les ayudamos a usar, porque cuando te estás mudando constantemente de base en base, no tienes esas cosas. Sé que puede sonar raro, pero así es como se ve el ministerio para nosotros en el día a día. Esas son las oportunidades que Dios nos da para compartir el evangelio.”

Supliendo necesidades, compartiendo a Cristo, y construyendo una familia extendida para esposas militares que, de otra forma, podrían sentirse solas—ese ha sido el llamado de Dios para Brittany y su esposo.

“Cuando la gente piensa en plantación de iglesias, normalmente piensa en el pastor que planta, pero no tanto en su esposa,” dice Brittany. “Pero esto no es solo el trabajo de Joshua. Para nosotros, esto es un estilo de vida. Estamos haciendo todo lo posible, por la causa de Cristo, para alcanzar no solo a los militares, sino también a sus familias.”

Hoy, aunque la vida familiar de los Manias no es perfecta ni fácil, es como debe ser.

“No lo tenemos todo resuelto, y probablemente nunca lo tendremos,” dice Andrea. “Se espera mucho no solo de los militares, sino también de sus familias. Por eso es tan importante tener una iglesia que entienda la vida militar. Lo he pensado muchas veces: lo difícil que sería no tener a alguien que entienda este estilo de vida. O sea, en las cosas más básicas del día a día… ¿cómo lo haces sin una comunidad de fe sin volverte loca? Estar rodeada por esta gran nube de testigos, personas con quienes puedes caminar hombro a hombro, que te sostienen y te aman como Jesús lo hace—eso lo es todo.”

Cada año, miles de iglesias contribuyen a la Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong para apoyar la plantación de iglesias en Norteamérica. Como motor financiero de Send Network, el 100% de cada ofrenda va directamente al campo—proveyendo entrenamiento, cuidado y recursos para familias plantadoras como Joshua y Brittany Brown.


Published abril 9, 2025

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